Si algo más hacía falta para certificar que Venado es Tuerto pero no sordo, he aquí el disco grabado en vivo allí por Quintino Cinalli. En vivo, y muy vivo. No sólo por las altas temperaturas musicales desplegadas de cara al público, que se mete y hace sentir en la grabación: muy vivo también el productor artístico que se propuso registrar esta postal sonora del multifacético percusionista. Que cuenta, además de su talento, con un socio muy importante: Mariano Agustoni cuyos dedos e ideas, aplicados a sus teclados, proveen una refinada concepción armónica al menú. El espectro temático va desde la Chacarera del Patio de los chacarerólogos hermanos Díaz hasta Caravana del gran Ellington y su compinche Tizol, pasando por piezas del propio Cinalli, Saluzzi y el Cuchi Leguizamón. Toda una declaración de principios estéticos, en las dúctiles manos de quien hace rato dejó de ser un principiante, y nunca un rígido principista. Por suerte, la idea no pasa, como en muchos de sus colegas y en todos los boxeadores, por dar la mayor cantidad de golpes posible, sino por batir parches en honor a una expresividad mas bien gozosa. Sambas y zambas, solos y dúos varios enriquecen la batería de recursos del baterista que junto a Agustoni y codo a codo hacen mucho más que dos.
viernes, 29 de mayo de 2009
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